La plataforma de streaming retiró la etiqueta de LGBT luego de una disputa en las redes sociales acerca de la serie.
Monstruo: la historia de Jeffrey Dahmer se posicionó como líder en el ránking de TV de habla no inglesa de Netflix, con más de 196 millones de horas de reproducción. La miniserie, que reveló detalles de la vida y la forma de actuar del asesino, fue objeto de varias críticas, como la de algunos familiares de las víctimas. Pero, ahora la plataforma de streaming tomó una decisión sobre la producción por otro asunto.
Inquietante, psicológica y siniestra son las etiquetas que fueron adjudicadas a la miniserie, por las que Netflix categoriza sus producciones. Sin embargo, antes contaba con una más, que fue eliminada. Y es que la plataforma de streaming tomó la tajante decisión de desvincular el sello LGTB de la historia del asesino serial, luego de recibir varias críticas en redes sociales por parte de la comunidad.
Las críticas hacia Netflix
Algunos usuarios consideraron que la etiqueta LGTB indicó que los episodios que involucraron la historia de Dahmer serían representativos del colectivo y pidieron retirarla de la producción. “No se trata de si Jeffrey Dahmer es o no LGBT, sino de que es un asesino. Sería lo mismo si en la serie de Ted Bundy incluyeran la etiqueta de romance, porque fingía ser romántico”, apuntó una usuaria de Twitter, muy molesta.
Aunque no todos se mostraron de acuerdo con la modificación del gigante de streaming. “Si un académico quisiera hacer un estudio sobre series de temática LGBT en Netflix, ¿no debería incluir a Dahmer? ¿No están para eso los tags?”, dijo un usuario. Otro destacó: “Era un asesino gay, sus víctimas eran homosexuales, el creador de la serie y algunos actores son gay, pero ahora solo se encuentra dentro de la categoría true crime. ¿Realmente hacía daño?”.
Protagonizada por Evan Peters, la miniserie de Murphy combinó distintos puntos de vista. En los primeros cinco episodios, trató de construir la historia desde la cercanía del personaje de Dahmer; mientras que a partir del sexto se enfocó en las víctimas que lo padecieron y el sistema que hizo oídos sordos a los indicios de esas aberraciones.