El escritor angloindio Salman Rushdie, apuñalado el pasado viernes, está evolucionando positivamente y ya no necesita respiración asistida, aunque sigue hospitalizado y en estado crítico, mientras se multiplican en el mundo las llamadas de solidaridad con él y hasta llamamientos para que reciba el premio Nobel.
La buena noticia la dio hoy su hijo Zafar Rushdie, convertido en portavoz de la familia, que emitió un comunicado en Twitter en el que explicó que, pese a la gravedad, a su padre le fue retirado el sábado el respirador y oxígeno adicional, tras lo cual “pudo decir unas palabras”, y añadió que no ha perdido “su sentido del humor jovial”.
Tras el ataque al autor el viernes, sucedido tras arrastrar más de tres décadas amenazado de muerte, su agente literario Andrew Wylie informó que Rushdie perdería uno de sus ojos, que su hígado había quedado gravemente dañado por las puñaladas y que el agresor había “cortado los nervios de un brazo” del escritor.
La exesposa del escritor, modelo y presentadora de televisión, la india Padma Lakshmi, aseguró hoy en un tuit estar “aliviada de que Rushdie está saliendo adelante después de la pesadilla del viernes”.