El Museo de Broadway abrió sus puertas al público en el barrio más teatral de Nueva York, donde se concentran las salas de teatro y musicales que constituyen una de las señas de identidad de la Gran Manzana.
La entrada oscila entre los 43 a 53 dólares y propone una nueva experiencia de varias épocas artísticas de la historia.
Una barra de bar con su gramola de discos de West Side Story (1957), un campo de maíz donde se desarrollaba Oklahoma (1943), la psicodelia donde explosionó Hair (1968) o un pedacito de selva por donde deambula El Rey León (1997) son solo algunos de los ejemplos de este museo cuidado hasta el último detalle.