El español Rafael Nadal (6) evitó la remontada del canadiense Denis Shapovalov (14), al imponerse por 6-3, 6-4, 4-6, 3-6 y 6-3, para estar en las semifinales del Abierto de Australia a pesar de sus problemas físicos.
“No me estaba encontrando bien con mi estómago, me tomaron la tensión y comprobaron que estaba bien. Me dieron una pastilla para mejorar, eso es todo”, aclaró después de acusar el intenso calor que presentó Melbourne Park, que superó los 30 grados en algunos tramos del choque.
“No sé cómo lo he hecho, estaba destrozado. Ha sido muy duro y hacía mucho calor. Fui afortunado al principio del quinto”, agregó Nadal frente al público de la Rod Laver Arena.
Su plan arrancó a la perfección, utilizando las beneficiosas condiciones de jugar de día con un calor seco, y cambió tanto alturas como direcciones inteligentemente, cargando particularmente con un gran peso de bola el revés a una mano de un Shapovalov molesto con el tiempo que Nadal se tomaba entre puntos y sets.
“Son todos unos corruptos”, espetó el canadiense nacido en Tel Aviv al juez de silla Carlos Bernardes, que le respondió que se concentrara únicamente en el juego.
Unas palabras por las que tuvo que dar explicaciones en la conferencia de prensa posterior a su derrota: “No sólo juegas contra él, también compites contra el juez árbitro”, continuó el joven de 22 años ante los medios.
“Lo respeto pero tiene que haber ciertos límites. Es muy duro y frustrante sobreponerte a todo esto”, continuó tras despedirse del Abierto de Australia en cuartos de final. “Me equivoqué al decir que son corruptos, pero me quedo con mi versión. Es injusto ver las veces que Rafa se sale con la suya en esto. Por supuesto que le digo algo al juez porque estoy listo para sacar y el reloj se acerca al final”, se lamentó.