Quizá el nombre de Oleksandr Usyk no le suene a todo el mundo, pero ‘The Cat’ es uno de los grandes referentes del boxeo en los últimos años. Actualmente, ostenta tres de los cuatro títulos mundiales del peso pesado tras dar una lección a Anthony Joshua el pasado mes de septiembre. El otro, está en poder de Tyson Fury.
El púgil ucraniano, no sólo fue campeón olímpico de peso pesado en Londres 2012 sino que, durante su escalada hacia la categoría reina, se convirtió por el camino en campeón absoluto del peso crucero tras ganar una serie de combates en las World Boxing Super Series. El día que se convirtió en indiscutido, precisamente derrotó a Murat Gassiev, que es ruso. Hay quien pidió entonces a Usyk, nacido en la región de Crimea -anexionada por Rusia en 2014-, que no fuera al estadio Olímpico de Moscú a pelear, pero él aclaró que aquella noche acudía para defender la bandera ucraniana.
Hace unos días, el campeón de peso pesado estaba en Londres para cerrar el trato de la revancha con Anthony Joshua, combate que se esperaba para mayo o junio. Acudió incluso a Stamford Bridge a ver el partido de la Champions League del Chelsea. Unos días después, se encontraba de regreso en su país, preparado para combatir. Como tantos otros ucranianos, volvió al lugar donde casi nadie quisiera ahora estar, con el fin de unirse a sus compatriotas en la lucha contra la Rusia de Putin. Alguien de su estatus o del de Vasyl Lomachenko, podrían estar donde quisieran, pero no le han dado la espalda a su pueblo.
Usyk, no ha podido ser más sincero en unas declaraciones que ha realizado a la CNN. No debe ser fácil la situación a la que se enfrenta ni él ni otros tantos ciudadanos ucranianos, pero Oleksandr es consciente de que dentro de nada se puede ver en una importante tesitura, sin tiempo para dudar. “Si quieren quitarme la vida, o se la pretenden quitar a mis allegados, tendré que matar. Pero yo no quiero eso. No quiero disparar, no quiero matar a nadie, pero si me van a matar a mí, no tendré otra opción. Tal vez suene sentimental, pero mi alma le pertenece al Señor y mi cuerpo y mi honor son de mi país, de mi familia. Así que no hay miedo, absolutamente ningún miedo. Sólo hay desconcierto: ¿cómo podría ser que esto pase en el siglo XXI?”
Ojalá en algún momento veamos pelear a Usyk contra Joshua, porque al menos será señal de que el zurdo ucraniano ha salido ileso de los ataques rusos a su país. Y ojalá pueda cumplir su anhelado sueño, que es emular a Evander Holyfield, quien fue campeón indiscutido primero del peso crucero y luego del pesado. Le deseamos la mejor de las suertes Oleksandr.