Con las renovaciones de Poole y Wiggins, los Warriors deben asumir ahora mismo una masa salarial de 485 millones para la próxima temporada con el impuesto de lujo.
La franquicia se olvida por ahora de la extensión de Draymond Green, que podría convertirse en agente libre en verano.
La temporada está a punto de empezar pero los Warriors siguen con un ojo puesto en el futuro y en la reconstrucción. Como si quisiera anunciar a bombo y platillo que, sin que la dinastía actual haya todavía caducado, ya ha elegido a los ‘herederos’, la franquicia de San Francisco cerró en el mismo día las renovaciones de Jordan Poole –cuatro temporadas, hasta 2027, y 140 millones-, y también de Andrew Wiggins -cuatro años, también hasta 2027, a razón de 109 millones. La extensión de Poole no es todavía oficial pero ya está hecha.
Tanto el escolta de 23 años como el alero de 27 se han ganado sus renovaciones tras su excelente rendimiento en la última campaña, esenciales ambos en la consecución del anillo que van a recibir los Warriors el martes en el partido inaugural en el Chase Center frente a los Lakers. Poole, número 28 en el draft de 2019, promedió 18,5 puntos, 3,4 rebotes y 4 asistencias en temporada regular con un 36,4% en triples con un alto volumen de tiro -7,6 lanzamientos por encuentro-, y, sobre todo, se lució en los play-offs, con seis partidos de 25 puntos con un 60% en tiro.
Por su parte, Andrew Wiggins registró 17,2 puntos, 4,5 rebotes y 2,2 asistencias en temporada regular con un 39% en triples con 5,5 lanzamientos por partido, ofreció también un rendimiento en la post-temporada -incluidas las Finales contra los Celtics-, y fue elegido por primera vez All-Star. Wiggins ha seguido un camino a la inversa que Poole, con un alto rendimiento instantáneo pese a su baja elección en el draft, ya que no ha sido hasta su llegada a los Warriors en 2020 cuando el ex de los Timberwolves justificó más su ‘pick’ número 1 en 2014.
Los Warriors aseguran su futuro al mismo tiempo que lo comprometen, ya que con las dos millonarias renovaciones que acaba de firmar, el coste en salarios de la plantilla de la próxima temporada -la 23-24-, se situaría en 483 millones, 215 en salarios más los 268 que pagaría la franquicia en concepto de tasa de lujo -la sanción que abonan los equipos por exceder el límite salarial-, según los datos facilitados por Bobby Marks, de la ESPN.
La tasa de lujo, aunque visto el éxito de la organización está bien ‘invertida’, ya forma parte de la vida de los Warriors, que han tenido que asumir el impuesto en tres de las cuatro últimas temporadas. En la pasada, la multa ascendió a 170 millones, con un coste total de plantilla de 346 millones, muy inferior aún así a lo que se espera para el curso 23-24. La franquicia de la Bahía, segunda actualmente en gasto salarial por debajo de los Clippers con 189 millones, también va a pagar sanción este curso, ya que este curso el límite total en sueldos se sitúa en 123, con margen hasta los 150 para eludir el impuesto de lujo. El propietario de los Warriors, Joe Lacomb, ya fue multado por la NBA con 500.000 dólares por criticar en verano esta tasa, instaurada por convenio colectivo para asegurar que el talento se reparte entre todos los equipos de la liga, no sólo los de más renombre y poder adquisitivo.
Stephen Curry (52 millones), Klay Thompson (43), Jordan Poole (31), Draymond Green (28) y Andrew Wiggins (24) representarían el 82% de los 215 millones de gasto salarial según los datos recogidos por el portal Bleacher Report. Al caso de Green hay que ponerle asterisco, ya que tiene una ‘player option’ para el curso 23-24 que, de no ejecutarla, pasaría a convertirse en agente libre el próximo verano. De alguna manera, los Warriors han mandado una ‘indirecta’ al interior con el incidente con Poole, reciente, ya que ha priorizado las renovaciones de su ‘víctima’ y Wiggins por encima de la suya.
De hecho, y pese a su legendario historial con la franquicia -parte indispensable junto a Curry y Thompson de los cuatro anillos desde 2015, los Warriors no van a ofrecerle la renovación así como así. Según dijo Anthony Slater en ‘The Athletic’, la franquicia quiere esperar a ver cómo desarrolla la temporada y si es capaz de volver a ganarse la confianza y el respeto de sus compañeros. Si la situación al final de temporada le ‘invita’ a irse a y a no ejecutar por lo tanto la opción de jugador, la masa salarial de los Warriors respiraría. De hecho, y con el espacio en sueldos que ocupan las renovaciones siguientes, no tendría sentido que la franquicia la ofreciera otro tipo de extensión que no fuera a la baja.
Lo único positivo para la organización de San Francisco es que tiene cierta flexibilidad con los contratos más bajos, aunque apenas signifiquen el 18% del total. James Wiseman, Jonathan Kminga y Moses Moody, con contratos de ‘rookie’, sólo continuarán la próxima temporada en caso de que así lo disponga la franquicia, con una ‘club option’. Donte DiVincenzo, como Green, también tiene una opción de jugador.