“TODO LO QUE ES NECESARIO PARA EL TRIUNFO DEL MAL, ES QUE LOS HOMBRES DE BIEN NO HAGAN NADA.”
Edmund Burke
Ciertamente, lo expresado por Edmund Burke (1729-1797), escritor, filósofo y político, considerado el padre del liberalismo conservador británico, no hace mas que reflejar el escenario vigente en Latinoamérica. No hay país en la región sobre el que se pueda abrigar la esperanza de una paz y estabilidad verdadera. Por algo es considerada la región más desigual del mundo.
Si bien me gustaría ahondar sobre el escenario vigente de America Latina, algo que haremos en próximos escritos, hoy nos referiremos a uno de esos países: VENEZUELA. Difícil hacer entender como un país con tanta riqueza y recursos humanos tan preparados, haya llegado a los niveles en que ahora se encuentra. Estamos en pleno 2021, un año que pinta como una segunda parte de una película de terror. Muchos de los problemas que hemos venido arrastrando, por largo tiempo, y que golpearon a los venezolanos, seguirán existiendo.
Las escandalosas brechas sociales entre una minoría con acceso a divisas y una vasta mayoría de hogares empobrecidos será la constante por mucho tiempo más. También habrá más coronavirus. Se agravará el hambre, la pobreza y la desnutrición.
Y como si fuera poco, la fraudulenta elección de la nueva Asamblea Nacional realizada el 6 de diciembre de 2020 en donde el mas del 80% de la sociedad no participo, en consecuencia, se comienza a generar, a nivel nacional, una nueva institucionalidad, mientras que en lo internacional se continua insistiendo en fórmulas que fracasaron estrepitosamente en el 2019 y en 2020, tales como el DIALOGO entre las partes en conflicto y que sin ser adivinos terminara, como los anteriores, fortaleciendo al régimen dictatorial de Maduro y cia.
Esa nueva institucionalidad permitirá perseguir por “usurpación de cargos” a quienes fueron electos por el pueblo para representarlos en la Asamblea Nacional en el año 2015, también servirá para otorgar la suficiente permisividad a aquellos que funcionarios de las empresas de producción del Estado, de apropiarse de los recursos, que esas empresas generen. Historia que se repite, por algo hay más de 400.000 millones de dólares extraviados de las arcas del Estado y en cuentas de ilustres venezolanos de la revolución. Esa misma institucionalidad permitirá la realización de elecciones regionales, confiados en que el manejo del poder les asegurará el triunfo.
Mientras, a la sociedad solo le queda dos vías: 1.- aventurarse a un clima de violencia con las seguridades de que lo harán prisionero y torturado en el mejor de los casos o 2.- resignarse, incapaz de presentar resistencia. Algunos ya creyeron, en las promesas de Maduro, como la principal central empresarial del país. pero para las grandes mayorías parece que ya solo se trata de pasar la pandemia sin contagiarse y asegurar alguna fuente de sustento a como dé lugar.
Mientras el panorama internacional da los primeros signos de resquebrajamiento aun cuando también hay muestras de apoyo que permiten abrigar la esperanza de apoyos continuados. Estados Unidos consideran que Guaidó sigue siendo el presidente (E) de Venezuela. Ello no es poca cosa porque garantiza cierta protección y al mismo tiempo asegura –al menos temporalmente– la titularidad de los activos ubicados en territorio norteamericano.
No obstante, podemos constatar que como experiencia vivida que el persistente gran esfuerzo realizado por Mr. Trump no logró el objetivo perseguido, los que usurpan el gobierno siguen siendo los mismos. Lo que sí es seguro es que el pueblo en su conjunto es quien viene sufriendo las consecuencias de sanciones destinadas a los dirigentes.
Los europeos, poderosos aliados vocales de nuestra democracia, ya están empezando a dar señales de cansancio, algo no muy bueno, pero todo pareciera indicar que lo que perciben es la división y las agendas personales en la oposición.
En América ya República Dominicana nos abandonó, el Caribe insular se debate entre el agradecimiento por Petrocaribe y la solidaridad étnica/política con Guyana por el caso Esequibo. México, Argentina y Bolivia se perdieron, Ecuador continuará apoyando la gesta venezolana hasta el recambio del gobierno y a partir de ahí otra será la historia. LO ANTERIOR ES ALGO QUE NINGUN DIRIGENTE POLITICO EN LATINOAMERICA DEBE OLVIDAR, POR AQUELLO DE QUE NADIE ESTA EXENTO DE NADA.