La Cámara Alta del Congreso estadounidense no alcanzó los votos suficientes para que el ex presidente Trump fuera condenado por incitación a la insurrección referente a los eventos del pasado seis de enero.
El veredicto fue presagiado por los republicanos del Senado, quienes indicaron que no se sintieron impactados por el argumento central de los de los demócratas, a cerca de la campaña de Trump para cambiar los resultados de las elecciones, así como sus comentarios incendiarios a una multitud que desencadenaron, el 6 de enero, los violentos disturbios por todos conocidos.
En opinión de quien escribe estas letras, los votos que dieron la absolución al expresidente no son tan importantes para el análisis político que se haga de ahora en más. No obstante que la evidencia muestra, contundentemente, que el presidente Trump es culpable de incitar a una insurrección contra una rama del Estado. Lo importante es que a partir de ahora se inicia el proceso de reacomodo partidista y una gran batalla por el dominio del Partido Republicano por parte del expresidente.
Del lado del Partido Demócrata se continuara con el empeño de poner trabas para evitar que Donald Trump, se transforme en un pilar en la política norteamericana y en consecuencia se presente como candidato a la elección presidencial del 2024, y para ello echara mano de los tribunales ordinarios, tal y como lo recomendó el Senador Mitch McConnell, líder de los republicanos en el Senado y quien voto en contra del Impeachment, por una razón constitucional: “diciendo que los tribunales son el foro adecuado para responsabilizar al expresidente por su papel en el ataque mortal del 6 de enero contra el Capitolio de EE. UU. por partidarios de Trump”. Agregando, “No se salió con la suya, todavía.”
Por su lado, el presidente Joe Biden se mantuvo a distancia en todo el procedimiento del juicio político, lo cual se explica porque su capital político a largo plazo dependerá de su éxito en la lucha contra la covid-19, la economía y otras preocupaciones de la población estadounidense y no de los resultados del juicio político a Trump. En las batallas políticas que se avecinan, el presidente necesitara de un Partido Demócrata unido.
Por su parte el Partido Republicano librara varias batallas, la primera como mantener contenta a la masa de personas que votaron por Trump: nada mas que 74 millones de personas, lo cual no es poca cosa, pero sin que la solución que se dé no erosione la fortaleza del partido. La segunda, como controlar la caza de brujas que se inicio contra aquellos senadores que votaron a favor de la culpabilidad de Trump, Vale señalar que ya se iniciaron deserciones de aquellos dirigentes republicanos que consideran que el partido dejo de ser lo que históricamente ha sido, para convertirse en el PARTIDO DE TRUMP. Y la tercera y no menos importante, como evitar que Trump no se adueñe del partido provocando una grieta profunda que los lleve a una división. Difícil pasar la pagina de la era Trump.
Sin embargo, a nivel privado el expresidente enfrenta una serie de investigaciones que pueden dar al traste con sus aspiraciones políticas, en Nueva York, Georgia y varias demandas civiles.
Es importante señalar que el lunes (15-02-2021) fue publicado un estudio de la Universidad de Quinnipiac ( Connecticut ), que ubicó el apoyo a Trump en tres cuartas partes de los afiliados al Partido Republicano: es decir el 75% de los miembros quiere que el expresidente siga desempeñando un papel destacado y el 21% desearía que otro sea quien ocupe la posición de liderazgo. A nivel general el 60% de todos los estadounidenses dijeron que no quieren que Trump vuelva a tener un papel importante en el Partido Republicano, incluido el 96% de los demócratas y el 61% de los independientes. Tengo la impresión de que el costo político de para los republicanos hubiese sido menor si aprobaban el Impeachment.
Como les dije la saga continua como en las películas de Hollywood