Un grupo de talibanes combatientes acudió a un parque de diversiones cerca del lago Qargha, en las afueras de Kabul, y pese a que en las imágenes se les ve disfrutar como niños, en ningún momento se alejaron de sus potentes armas.
Cisnes multicolores
En las pintorescas orillas del lago, otros talibanes suben a bordo de botes de pedales con forma de cisne, mientras que el sol comienza a esconderse detrás de las colinas circundantes. Foto: Wakil Kohsar (AFP).
Lanzamisiles
Un combatiente talibán porta un lanzagranadas propulsadas por cohete (RPG) en un paseo en barco pirata. Foto: Wakil Kohsar (AFP).
No abandonan sus armas
Sin abandonar nunca sus armas, parten de a dos hacia el centro del lago en sus pequeños botes rosados, azules, verdes o amarillos, riendo cuando chocan entre ellos. Foto: Wakil Kohsar (AFP).
En el lago Qargha
Estos talibanes, de entre 18 y 52 años, disfrutan del parque de atracciones situado cerca del lago Qargha, en las afueras de Kabul. Por lo general, el lugar atrae a familias y niños que vienen a divertirse en los tiovivos o la noria. Foto: Wakil Kohsar (AFP).
Armados siempre
Con su Kalashnikov o su ametralladora MP4 en bandolera, los soldados se aferran a los bancos de acero multicolores que se mueven hacia delante y hacia atrás, con sus pañuelos y turbantes al viento. Foto: Wakil Kohsar (AFP).
Talibanes posan
Algunos vestidos con trajes de camuflaje, otros con ropa tradicional, posan -con un fusil automático en la mano- para fotos tomadas por sus amigos en la orilla pedregosa. Foto: Wakil Kohsar (AFP).
Rezan en el muelle
Mientras sus compañeros celebran, una decena de talibanes mayores aprovechan el momento para rezar en el muelle donde depositaron su chal en el suelo, entre botes. Foto: Wakil Kohsar (AFP).