Los saqueos y la violencia que están sacudiendo a Sudáfrica desde hace varios días tras la detención del expresidente Jacob Zuma ya provocaron 32 muertos y no parecen ceder, a pesar del inicio del despliegue de soldados en las provincias afectadas.
El presidente Cyril Ramaphosa anunció el envío de tropas para auxiliar a una policía desbordada por los disturbios y “restaurar el orden”.
Pero mientras tanto, el balance de víctimas fatales continúa aumentando. Un total de 26 personas murieron en la provincia de Kwazulu-Natal (este), precisó el primer ministro regional Sihle Zikalala a la prensa.
A ellas se añaden seis que perdieron la vida en zonas cercanas a Johannesburgo, informó Ramaphosa.
Zikalala indicó que varias de las muertes tuvieron lugar en “estampidas en ese contexto de disturbios”, sin precisar un lugar.
Los primeros incidentes, con rutas bloqueadas y camiones incendiados, se produjeron luego del encarcelamiento de Zuma, condenado a una pena de prisión en firme por desacato a la justicia.