La ciudad, cuyo costo está previsto en 45.000 millones de dólares, tiene casi el tamaño de Singapur y ha sido vista como una solución a la sobrepoblacion de El Cairo, que tiene más de 20 millones de habitantes.
Un opulento palacio presidencial, un nuevo parlamento, un majestuoso teatro de ópera y parques espaciosos son parte de la visión de una nueva y ambiciosa capital administrativa que se construye en el desierto de Egipto.
Hasta donde alcanza la vista, hay obras por todas partes en esta joya del gran plan urbanístico del presidente Abdel Fatah al Sisi.
Unos 50 km al este de la milenaria capital El Cairo, los constructores se apresuran para completar el proyecto.
Iba a ser inaugurada el 30 de junio, aniversario de las protestas masivas de 2013, apoyadas por los militares, que derrocaron al gobierno del presidente islamista Mohamed Mursi.
Pero la fecha se aplazó por la pandemia del Covid-19, que afectó la economía.