“Voy a hacer lo que esté en mis manos para asegurarme que el expresidente no vuelva a acercarse nunca más (al poder)”, afirmó Cheney a los periodistas en el Congreso, tras la decisión.
Los republicanos de la Cámara de Representantes votaron a favor de apartar de la jerarquía del partido a Liz Cheney, una dura crítica de Donald Trump, en un paso que cimenta la afinidad de la formación con el expresidente.
A dieciocho meses de las elecciones de mitad de mandato y cuando faltan todavía tres años para las próximas presidenciales, el Partido Republicano castigó a una de sus militantes que se niega a cuadrarse con la afirmación sin pruebas de Trump de que los demócratas cometieron fraude en las elecciones de 2020.
Cheney, una conservadora de Wyoming e hija del exvicepresidente Dick Cheney, perdió su puesto como número tres del partido en la Cámara de Representantes.