Miles de haitianos siguen retenidos este viernes en un campamento improvisado bajo el puente internacional de Del Río, en la frontera de Texas con México, a la espera de entrar a Estados Unidos, como lo ha hecho Junior Saint, que aspira a “una vida mejor”.
El número de migrantes a los que se autoriza ingresar a territorio avanza con cuentagotas, según organizaciones locales, mientras que la incesante llegada de recién arribados ha desbordado al Gobierno de Joe Biden.
Uno de los afortunados en tener su trámite migratorio aprobado este viernes fue Saint, cuyo primer capítulo de esta nueva etapa en EE.UU. inició en la también improvisada estación de autobuses local, al lado de un túnel de lavado de coches.
AUTOBÚS DESTINO A UN FUTURO MEJOR
Medio centenar de migrantes, en su mayoría de Haití, esperaban ahí su turno para acceder al único autobús que les llevaría a San Antonio, también en Texas, de manera gratuita gracias a la ayuda de voluntarios locales.
Desde San Antonio, cada familia tomará otro autobús o un avión que les llevará en muchos casos con sus allegados ya residentes en EE.UU.
Si bien Saint estuvo en la cola por varias horas, no logró asientos para él y su familia y, resignado, empezó a buscar opciones para pasar la noche en Del Río.