Fueron casi cuatro años de lágrimas, depresión y ansiedad. Desde que el gobierno estadounidense la separó de sus dos hijos en la frontera con México en 2017, Sulma entró en un estado de desesperación y culpa que la llevó a casi perder la esperanza de volver a ver a sus pequeños.
Hasta que este año varios grupos la contactaron en El Salvador para indicarle que el gobierno del presidente Joe Biden estaba reunificando a familias que habían sido separadas en la frontera bajo la administración de Donald Trump.
Y así fue como Sulma —quien prefiere no dar su apellido por motivos de privacidad — pudo volver a abrazar a Ezequiel, ahora de 13 años, y Adonis, de ocho, en el aeropuerto de Indianapolis hace tan sólo una semana.
“Hasta ahorita yo todavía no puedo creerlo,” dijo Sulma durante una entrevista telefónica con The Associated Press. “Me siento como si fuera un sueño. Me siento diferente, siento una emoción tan grande. Veo a mis hijos tan grandes ya, uno más grande que yo y el otro casi a mi altura. Yo los dejé tan pequeñitos”, añadió.