California, el primer estado de Estados Unidos que impuso un confinamiento colectivo debido al coronavirus, ahora está dando vuelta a la página de la pandemia.
Desde la medianoche, California levantó la mayoría de las restricciones impuestas para frenar la propagación de la enfermedad y permitirá la reapertura de negocios.
A partir del martes no habrá más reglas sobre el distanciamiento físico, no más límites a la asistencia en restaurantes, bares, supermercados, gimnasios, estadios ni demás establecimientos. Y las mascarillas —ese polémico símbolo de la pandemia— ya no serán necesarias para las personas vacunadas en la mayoría de los lugares, aunque negocios y condados sí pueden exigirlas.
Justo a tiempo para el comienzo del verano, California quiere transmitir el mensaje de que la vida en el estado se acerca a la normalidad. La economía reabrirá completamente por primera vez en 15 meses y la gente básicamente podrá volver a su estilo de vida previo a la pandemia.
Los aficionados podrán gritar a gusto en los estadios deportivos, Disneyland permitirá el ingreso de todos los turistas, y los bares y clubes nocturnos podrán volver a estar llenos de juerguistas, desde Los Ángeles hasta San Francisco.