El exmandatario fue asesinado a tiros el 7 de julio por un comando armado en su casa en Puerto Príncipe y continúan las dudas sobre quién estuvo detrás del ataque.
El primer ministro de Haití, Ariel Henry, se defendió de las sospechas en su contra en la investigación del asesinato del presidente Jovenel Moïse, denunciando “un alboroto” motivado por “intereses políticos”.
El jefe de gobierno criticó en un comunicado publicado en redes sociales “el alboroto orquestado a nivel nacional e internacional en torno a las conversaciones telefónicas que se produjeron la noche del vil asesinato del presidente”.
El comisionado del gobierno de Puerto Príncipe, equivalente al fiscal, pidió al juez encargado de investigar el caso que procesara a Henry con el argumento de que habría mantenido llamadas telefónicas con uno de los principales sospechosos pocas horas después del atentado, Joseph Félix Badio.