Más de 150.000 hectáreas de bosques y pastizales se quemaron este año en las tierras bajas de Bolivia debido a la deforestación por la expansión agrícola y los asentamientos humanos, según el reporte de las autoridades.
“El origen de los incendios, casi el 90 por ciento, están siendo provocados. No son incendios de origen natural”, dijo a la televisión estatal el viceministro de Defensa Civil, Juan Carlos Calvimontes.
El Gobierno registró desde mayo hasta principios de agosto 156.799 hectáreas quemadas, una cifra menor en comparación con las 404.527 hectáreas afectadas en el mismo periodo de 2020.
Bolivia registró los peores incendios forestales de su historia en 2019, cuando el fuego arrasó con más de 6,4 millones de hectáreas de vegetación, según datos del Centro de Documentación e Información Bolivia.
Los bosques secos de la Chiquitanía, una zona de transición entre la Amazonía y el Chaco, han sido los más afectados por el fuego descontrolado e inducido por la creciente actividad agrícola y ganadera en el departamento de Santa Cruz.