La fabricación nacional de frigoríficos, lavarropas o aparatos de cocina se ha convertido para el Gobierno argentino en una clave para crear empleo y potenciar inversiones que ayuden a fortalecer la industria, enfrentar la escasez de dólares y sacar al país de una recesión que dura ya casi tres años.
El 2020, año poco menos que apocalíptico para la economía mundial, empeoró más la situación argentina.
Pero el sector de la ‘línea blanca’, como se conoce al rubro de los electrodomésticos vinculados a la cocina y limpieza del hogar, parece haber logrado sortear mejor los efectos de la pandemia, al menos según las estadísticas.
“Un sector que incorpora mucha mano de obra, genera empleo, inversiones y esa lógica de procedimientos y procesos industriales de producción en línea de clase mundial”, explica a Efe Ariel Schale, secretario de Industria del Gobierno de Alberto Fernández.
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