Después de una semana de la mayor oleada de protestas ciudadanas en más de seis décadas, la Policía y los militares han vigilado exhaustivamente las calles de Cuba, especialmente en la ciudad de San Antonio de los Baños, donde todo tuvo origen.
Los accesos a esta localidad -ubicada 30 kilómetros al oeste de La Habana y famosa por su Escuela Internacional de Cine- se encontraban en su mayoría cortados o custodiados por agentes de seguridad.
Si bien las calles mostraban un trasiego normal de personas, Efe pudo observar a camiones llenos de soldados y la plaza central del pueblo estaba tomada por más de una decena de policías, militares y agentes del Departamento de la Seguridad del Estado, el órgano de inteligencia y contrainteligencia de Cuba, etiquetado por opositores como la “Policía política cubana”.
Los agentes uniformados y no uniformados también se desplegaron ampliamente en la vecina localidad de Bauta, donde había un Policía en cada esquina.