El sumo pontífice apareció sonriendo en unas imágenes retransmitidas por la cadena de televisión oficial del Vaticano, que aludió a un encuentro “cordial” de 40 minutos.
El papa Francisco lanzó un llamado para que la gente sea más “abierta” a los demás, durante la misa de clausura de un congreso religioso internacional y tras haberse reunido en Budapest con el líder Viktor Orban.
“Le pedí al papa Francisco que no deje perecer a los cristianos húngaros”, publicó el primer ministro, Viktor Orban, en su cuenta de Facebook, donde difundió una foto suya con el líder de 1.300 millones de católicos.
Orban, que se presenta como un baluarte contra la “invasión musulmana” en Europa, le regaló al papa la copia de una carta de 1250 de un rey húngaro, enviada al papa de aquel entonces y en la que le pedía la ayuda de Occidente contra los guerreros tártaros que amenazaban la Hungría cristiana.