El sumo pontífice dijo que no es “un pecado grave” y que tomó esa decisión “no por la verdad”, sino porque “fue puesto en el altar de la hipocresía”.
El papa Francisco defendió hoy al obispo de París, Michel Aupetit, del que aceptó su renuncia por haber mantenido una relación impropia con una mujer.
Francisco aceptó hace unos días la renuncia de Aupetit, quien puso su cargo a disposición del pontífice después de que la prensa francesa revelara que mantuvo una relación con una mujer en 2012.
Sin embargo, el pontífice aseguró que no se sabe bien de qué le acusan, preguntó a los periodistas “qué había hecho de tan grave” y al no recibir respuesta dijo: “Si no conocemos la acusación, no podemos condenar”.
El Papa sí que admitió que esa relación “fue un error” y que hubo “masajes y caricias” a su secretaria, pero que “esto no es un pecado grave” porque es “un pecado de la carne”.