Una sala de un hospital del sur de China se ha transformado en aula improvisada para alumnos con coronavirus. Los exámenes de acceso a la universidad en este país son fruto de años de trabajo y perder la cita por culpa del coronavirus es visto como una tragedia.
Desde el lunes, once millones de chinos están inmersos en las pruebas del “gaokao”, exámenes que sobre todo para los estudiantes de familias modestas determinan su futuro y deciden si cursarán o no estudios superiores.
La competencia en el ámbito escolar en China es muy dura y solo los alumnos con notas altas pueden acceder a las mejores universidades.
Este año, el descubrimiento de un foco de Covid-19 en la provincia de Guangdong (sur), limítrofe con Hong Kong, añadió una dosis extra de nervios para los estudiantes de la zona y sus familias.
Para limitar los contagios, los estudiantes de la provincia tienen que respetar un protocolo estricto, comenzando por el uso de mascarilla, lavado de manos y distancia entre unos y otros, según imágenes de la televisión pública.