Adele está de regreso con “30” el disco más personal que haya escrito en su carrera. Esto es lo que dice la cantautora británica en diversas entrevistas publicadas días previos al lanzamiento.
Adele tiene a su público acostumbrado a sus baladas personales, a discos como “21” en el que habló del desamor y del que nacieron algunos de los himnos de su repertorio como “Someone Like You“. En su cuarta producción discográfica, la cantautora habla desde el dolor, la ansiedad y su reinvención tras su divorcio. La tarea de escribir un disco con las emociones a flor de piel no es sencilla. Adele, quien mantiene su vida privada y en específico sus relaciones fuera del alcance del público, se muestra vulnerable en cada uno de los 12 temas que conforman el disco.
Sin embargo, no solo es vulnerabilidad a la hora de hablar de su separación, a la cual le dedicó solo un tema, el sencillo “Easy On Me”, también la vulnerabilidad de aceptar que se dejó llevar por el ego, o de cómo, siendo la figura que es, busca una relación estable y no sexo casual. El disco, más que ser un depositario de uno de los momentos más difíciles de su vida, es una carta a su hijo, Angelo.
En una entrevista reciente con la revista Rolling Stone, Adele dice que el objetivo del álbum es “enseñar a Angelo quién es realmente su madre: una mujer multidimensional y complicada con una identidad fuera de la relación [con su padre], quien batalló, lloró y sufrió”. La cantante contó que el disco lo comenzó a escribir a inicios de 2019 y lo finalizó en 2020. La mayoría de los temas fueron compuestos en el verano boreal de 2019, en un viaje a Londres. Cada canción del disco, señaló, presenta de manera cronológica cómo vivió esos meses tras su separación.
La producción inicia con “Strangers by Nature”, un tema en el que reflexiona sobre la separación, pero sin prejuicios. Cuenta que, musicalmente hablando, se inspiró en melodías y armonías de música de antaño, en específico en lo que vio en la película “Judy” (2019), la cinta protagonizada por Renée Zellweger. El disco finaliza con “Love Is a Game”, una canción que, musicalmente, toma inspiración de los sesenta, del soul y por qué no, de Amy Winehouse. En una entrevista con Apple Music, Adele contó que la letra tiene un elemento de sarcasmo, algo que caracterizaba las canciones de Amy.