Vibrante y con alternativas de principio a fin, el duelo dejó en ambos la sensación de poder haber obtenido un premio mayor.
Llegó el pitido final y ni unos ni otros quedaron satisfechos en el empate coprotagonizado este sábado por el Inter y el Atalanta (2-2). San Siro acogió un duelo que pasó por los tres signos de la quiniela y finalmente quedó en un empate que, aunque le vale tanto a los de Simone Inzaghi como a los de Gasperini para sumar un punto, deja en ambos la sensación de que el premio obtenido pudo haber sido mayor.
Inter se puso por delante en el marcador con una perfecta acrobacia terminada por Lautaro Martínez apenas a los 5′, pero el Atalanta poco a poco fue activándose ejerciendo como principal hilo conductor un Malinovskyi que hizo el empate a los 30′ y fue el ejecutor del disparo que rechazó Handanovic antes de que Toloi hiciera el 1-2 a puerta vacía a los 38′.
Ya en la segunda mitad fue el Inter el que dio un paso al frente con la intención de evitar la que hubiera sido su primera derrota en esta Serie A. Barella fue el director de orquesta, pero el que hizo sonar la sinfonía del empate fue Dzeko, al cazar en el 71′ un rechazo de Juan Musso a tiro de Dimarco. Justamente, este último desaprovechó un penalti que pudo haber dejado los 3 puntos en Milán, aunque también Piccoli vio como fue invalidado su remate del 2-3 por el árbitro gracias al VAR para sellarse el 2-2 definitivo entre ambos.