Los ‘citizens’ fueron muy superiores en la primera parte, pero Salah, con una asistencia a Mané y un golazo memorable, se adelantaron dos veces en el marcador.
El 22º pulso entre Jürgen Klopp y Pep Guardiola escenificó la igualdad que preside los enfrentamientos entre dos de los técnicos más prestigiosos del mundo. Nueve triunfos para cada uno y desde hoy cuatro empates entre ellos tras el 2-2 entre Liverpool y Manchester City surgido del apasionante partido en un Anfield colmado de público con un golazo estratosférico y asistencia del mejor Mohamed Salah.
El Liverpool sometió en los primeros minutos a una presión asfixiante a un City que empezó sin oler el balón, pero a la que los ‘reds’ bajaron algo su ritmo frenético los jugadores de Guardiola empezaron a imponer su fútbol de toque característico de la mano de un Bernardo Silva que atraviesa un gran momento tras estar con un pie fuera del club hace apenas un mes. Sin embargo, el marcador al descanso se fue en un 0-0 sin muchas emociones.
En el complemento, la situación cambió radicalmente desde el inicio y dio paso a un pulso trepidante. El Liverpool aprendió la lección, juntó más las líneas y ya no dejó maniobrar a su antojo al City. Con el partido ya equilibrado, el 1-0 no tardó en llegar. Mohamed Salah, tras recibir de Fabinho, condujo la contra y envió en profundidad a Sadio Mané para que batiera por raso a Ederson en su salida (59′).
El City quedó tocado, pero en su peor momento, la calidad de Gabriel Jesus y Foden le rescató momentáneamente. El brasileño hizo una diagonal atrayendo a la defensa y puso el balón para que el joven delantero inglés soltara un zurdazo cruzado que clavó en la red (69′). Minutos después, volvió a aparecer Salah, quien recortó a Aymeric Laporte y definió cruzando con la derecha ante Ederson (76′) para firmar un golazo de antología.
El partido estaba desatado y el City empató con fortuna, ya que el disparo de Kevin De Bruyne, en un balón muerto, lo desvió Joel Matip y descolocó a Alisson (81′). Guardiola, enfadado con el árbitro, lo celebró con furia. Ambos equipos buscaron el gol definitivo, con llegadas en las dos área, pero el 2-2 no se movió y deja la lucha por la Premier League muy apretada con 6 equipos apenas separados por dos puntos.