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El inglés Jadon Sancho anotó el segundo tanto de un triunfo sufrido y el portero De Gea salvó un penalti en el último minuto para asegurar el resultado.
No hay guion tan improvisado como el que tiene por costumbre el United, un equipo abonado a la incertidumbre. En tres minutos finales frente al West Ham sintetizó su manera de ser y de jugar: Lingard firmó un triunfo que no se confirmó hasta ser refrendado por De Gea en la última acción de un choque dramático en el que el guardameta salvó de penalti el honor del cuadro de Manchester. El triunfo, importante, reivindica figuras más allá de la de Cristiano, otra vez goleador (1-2).
Said Benrahma abrió el marcador a los 30′ al cambiarle la dirección a un remate y engañar a De Gea. Era una indolente manera de defender por parte de un United contemplativo, consciente de que muchas cosas se solucionan con Cristiano. El portugués, con su socio Bruno Fernandes, acudió al rescate a los 35′ para colocar el 1-1. Insaciable de cara a puerta, el portugués rebañó un mal rechace de Fabianski en primera instancia para firmar el empate de inmediato.
El choque enloqueció en el tramo final. Solskjaer soltó a Lingard a la cancha que le adoptó el año pasado y le bastaron quince minutos para justificar su regreso a Old Trafford: el inglés se inventó un remate de la nada, ajustado a la escuadra, para dejar casi resuelta la faena. Ocurre que una mano de Shaw amenazó el triunfo del United. Noble, capitán eterno del West Ham, salió de un brinco del banquillo para empatar de penalti. De Gea se lo negó. Fue el héroe de una tarde que define al equipo de Solskjaer y lo mantiene en expectativa en las primera posiciones de la Premier League.
