El cuadro de Pochettino hace sus deberes sin brillar, a la espera de que llegue el gran partido frente al City en la Champions.
El PSG se abona a vivir de la renta que le proporciona marcar primero. Empieza fuerte, refleja su superioridad y después se deja llevar. Le ocurrió ante el Lyon, el Metz y también frente al Montpellier (2-0). Gueye desbloqueó el triunfo del cuadro de Pochettino a los 14′ con un tanto que le sirve para refrendar que en Francia no tiene rival: ocho triunfos consecutivos. Draxler puso el broche a los 88′ tras asistencia de Neymar.
Se desgastó poco el PSG antes de cambiar el chip a Champions, lugar en el que se juega todo su prestigio. En Francia campa a sus anchas, sobrado como suele ser habitual. Pochettino, sin embargo, preparó el choque frente al Montpellier con Mbappé y Neymar en el once. A falta de Messi, los otros dos mosqueteros se encargaron de animar una noche en la que el PSG se gustó cada vez que encontró al francés y al brasileño con metros por correr.
En un equipo en el que el centro del campo acostumbra a ser una estación de paso fugaz, Ander Herrera y Gueye le dieron al PSG el punto de criterio que a veces le falta cuando se entrega a la magia de los de arriba. El senegalés, un llegador de primera, apareció con puntualidad para reventar la pelota desde la frontal del área. Su remate violento fue un imposible para el arquero. Aunque como le ocurre a menudo, el 1-0 relajó a un PSG que tardó en rematar la faena en el segundo tiempo gracias a Draxler, pero siempre tuvo el encuentro controlado.