Los daneses resolvieron el juego en la primera mitad y aguantaron el resultado en el complemento para imponerse 2-1 sobre la República Checa.
Los de Kasper Hjulmand salieron con el nombre de Christian Eriksen en la cabeza y el corazón, por lo cual estaban más que motivados para luchar este duelo desde el primer minuto. Así lo hicieron sentir, pues Jens Stryger no tardó en enviar un buen centro tras un tiro de esquina para que homas Delaney acierte un remate de cabeza que abrió el marcador a los 5′. Desde ahí, el dominio danés se comenzó a sentir y no paró hasta estirarse la diferencia.
Tras algunos intentos fallidos del mismo Delaney y de Mikkel Damsgaard, finalmente fue Kasper Dolberg quien volvió a sacar su pasta de goleador para anotar el segundo gol. A los 42′, el delantero recibió una asistencia perfecta de Joakim Maehle y logró definir exquisitamente a primer toque para terminar la jugada dentro de la red. El 2-0 transitorio era contundente y parecía consagratorio para los intereses de Hjulmand.
Los checos tendrían tiempo para responder en la segunda parte. Apenas comenzado este tiempo, Vladimir Coufal conectó un buen centro al área para que Patrik Schick conecte el descuento a los 49′ y apriete un poco el score, pero nada más. Después, los daneses retomaron las riendas y estuvieron a punto de ampliar la cuenta a través de Yussuf Poulsen y luego de Maehle, pero Tomas Vaclik se los impidió. Ya estaba resuelto el trámite igual. Dinamarca jugará una semifinal desde 1992 y Eriksen sonríe. El milagro de ser campeones cada vez está más cerca para ellos.