De Estados Unidos a Europa y desde Europa a América Latina, están cayendo estatuas de personajes históricos.
El derribo o la solicitud de remoción de monumentos de personajes históricos no solo pone en juego el pasado, sino que generan ásperas discusiones políticas y académicas.
Algunos historiadores llaman a estos acontecimientos “revisionismo histórico”, que ha desembocado en el derribo y vandalización de estatuas, monumentos y todo aquello que esté relacionado con la esclavitud, colonización y también contra aquellos que se atrevieron a violentar alguna minoría en el pasado.
Las protestas contra el racismo resurgieron en EE.UU. a raíz de la muerte bajo custodia policial del Sr. George Floyd, ocurrida el pasado 25 de mayo en Minneapolis.
Como se señaló anteriormente, el derribo de monumentos no solo está sucediendo en Estados Unidos, sino como también en Inglaterra en donde se intentó derrumbar el monumento a Winston Churchill, en Escandinavia se ataco la estatua del misionero Hans Egede, considerado el impulsor de la colonización danesa de la isla de Nuuk, la capital de Groenlandia, e incluso la estatua de la Sirenita, la más célebre estatua de la capital danesa está siendo acusada de “pez racista”. Sin mencionar las estatuas de Cristóbal Colón en varios puntos de la nación, solo por mencionar algunos.
Superficialmente la discusión parece ser sobre estatuas, pero en el fondo es sobre los hechos del pasado que parecen no estar resueltos, si hoy no tuviéramos segregación, nadie estaría discutiendo si hubo o no esclavistas.
Esos hechos violentos demuestran que hay debates en la historia que siguen vivos y que el gran problema está en que no se abren los espacios para estas discusiones pendientes.
Quien escribe estas líneas considera que es imposible purificar el pasado, es decir, con esas acciones no puedes volver atrás y simplemente hacer del pasado algo que sea más aceptable y que se ajuste mejor a nuestros deseos de hoy. La historia de Estados Unidos, como la historia de todos los demás paises, está llena de tragedia y buenos finales. Quienes creen que pueden tener una mejor historia o un mejor sentido de la memoria derribando todos los monumentos del mundo, les aseguro, eso no cambia lo que ocurrió.
Hago mías las palabras de la profesora Jane elliot “así como el racismo es algo que se construye, también se puede destruir”.
Y agrego a esas palabras, el único lugar en donde se puede destruir la segregación racial es en la escuela en donde se les puede enseñar a los niños y jóvenes las terribles implicaciones de esa tara de la humanidad que se llama racismo.